En un momento decisivo para la democracia mexicana, las elecciones judiciales del próximo 1 de junio de 2025 han despertado un renovado interés por fortalecer al Poder Judicial. Con más de 3,400 aspirantes disputando 881 cargos, incluidos jueces, magistrados y ministros de la Suprema Corte de Justicia de la Nación (SCJN), el país se prepara para un ejercicio de participación ciudadana sin precedentes. Esta reforma representa un cambio profundo: por primera vez, los ciudadanos decidirán directamente quiénes impartirán justicia en los niveles más altos del Estado.
Tres figuras femeninas destacan en este proceso: Yasmín Esquivel, Lenia Batres y Marisela Morales. Sus campañas, centradas en la transformación del sistema judicial, ofrecen diversas perspectivas que convergen en un mismo objetivo: construir un Poder Judicial más accesible, transparente y cercano a la ciudadanía. Según una encuesta de El Financiero, Esquivel lidera las preferencias con el 15%, seguida de Batres (12%) y Paula García Villegas (11%), con Morales destacando por su experiencia en seguridad y justicia penal.
Yasmín Esquivel, actual ministra de la SCJN, ha impulsado una campaña que apuesta por erradicar la corrupción y democratizar la justicia. Bajo el lema «Ministra de la Transformación», su propuesta busca construir un tribunal fuerte, honorable y comprometido con los valores de la sociedad mexicana. Su respaldo a las recomendaciones del INE, como la licencia obligatoria para candidatos, refuerza su imagen de compromiso con la legalidad, aunque enfrenta el desafío de un tribunal actualmente limitado en su composición.
Por su parte, Lenia Batres Guadarrama promueve una profunda reorganización del Poder Judicial. Su lema, «Recuperar al Poder Judicial», resume su propuesta de eficiencia, transparencia y justicia social. Con antecedentes de ahorro de recursos públicos y renuncia a privilegios institucionales, Batres se posiciona como una voz crítica contra los viejos vicios judiciales y una defensora de una justicia que sirva a los sectores más vulnerables.
Marisela Morales, exprocuradora general de la República, aporta al debate una perspectiva enfocada en la seguridad y el acceso a la justicia con perspectiva de género. Su trayectoria en la lucha contra el crimen organizado y su propuesta de un sistema judicial más humano e independiente, la consolidan como una opción relevante para quienes buscan fortalecer el Estado de Derecho frente a los desafíos de la criminalidad y la violencia.
Este proceso electoral, sin embargo, enfrenta el enorme reto de la desinformación ciudadana. De acuerdo con datos de El Financiero, solo el 12% de los mexicanos conoce la fecha de la elección, y más de la mitad manifiesta poco o nulo interés. La complejidad técnica de la reforma, sumada a la falta de campañas de difusión masivas, amenaza con reducir la participación en un momento crucial para el futuro institucional del país.
A pesar de los desafíos, el hecho de que los ciudadanos puedan elegir a los integrantes de la SCJN y otros tribunales es un avance indiscutible hacia la democratización del Poder Judicial. Esta apertura permite que las voces ciudadanas incidan directamente en la construcción de un sistema más legítimo, plural y representativo, algo impensable en décadas anteriores.
Así, las candidatas Yasmín Esquivel, Lenia Batres y Marisela Morales representan distintas facetas del cambio que México demanda: justicia accesible, transparencia institucional y combate firme a la corrupción. Cada una, desde su experiencia y propuestas, encarna una apuesta por renovar la confianza pública en las instituciones judiciales.
Las elecciones judiciales de 2025 no solo son un proceso electoral más; son una prueba de madurez democrática. En las manos de la ciudadanía está la posibilidad de impulsar un Poder Judicial verdaderamente independiente y comprometido con el bien común. El próximo 1 de junio, México podría dar un paso histórico hacia una justicia más cercana, más transparente y, sobre todo, más ciudadana.